Tratamiento integral para la salud física

El tratamiento va dirigido a cualquier persona (con o sin dolor o con o sin lesiones físicas), con el objetivo de aumentar la calidad de vida, sin que se utilice el cuerpo como un instrumento, sino como una integración global física, mental y social, adaptando todo el proceso a cada persona y respetando su ritmo y sus objetivos.

 

 

LA TERAPÍA VA DIRIGIDA A AQUELLA PERSONA QUE:

 

- Quiera mejorar su condición física 

- Quiera mejorar su estética

- Con trastorno del movimiento

- Con problemas en el suelo pélvico

- Con fibromialgía, síndrome de fatiga y dolor crónico

- Con dolor de espalda y osteomuscular: escoliosis, artrosis, artritis, lumbalgia, ciática, lordosis, cervicalgia, contracturas musculares, atrofia muscular, cifosis, protusion discal, hernia discal, lumbociática

- Que desee perder peso

- Envejecimiento activo

- Menopausia, osteoporosis

 

 

La persona, la gran protagonista

Las personas tenemos características físicas y psíquicas propias, así como un entorno social y personal. La terapia atiende a estas diferencias, con el fin de ofrecer una mejor respuesta a cada persona de manera individualizada. 

De manera semanal se prescriben los ejercicios, dependiendo de la patología y/o del objetivo de la persona y así fomentar al máximo la autonomía, optimizar e incrementar la condición física. A la vez, se da abordaje a aspectos psicológicos que puedan estar asociados a ella, buscando consciencia, autorrealización, autoestima y superación personal. Así como garantizar, en la última fase del tratamiento, la integración e igualdad de oportunidades, para que la persona haga una inclusión del aspecto físico y social, dentro de su medio y núcleo familiar. 

La terapia es semanal y la evolución la marcará el tiempo de establecimiento y la respuesta al tratamiento. Cada persona evoluciona de manera única e intransferible y en cada persona se respeta su propio ritmo. Uno de los aspectos más importantes es que el/a paciente es un/a agente activo en su proceso. 

Programa de ejercicios

La terapia está dividida en 3 fases:

Fase física: Se sabe que es a través del trabajo físico el tratamiento más eficaz para reducir medicación y aumentar la calidad de vida. Esta primera fase busca desarrollar y optimizar e incrementar la condición física en la persona. Semanalmente, se prescribirá un programa de ejercicios personalizado, según la patología o los objetivos deseados, y se hará un seguimiento de este. El programa se realizará de manera gradual para asegurar una buena adaptación física.

Fase psicológica: Todos/as tenemos una herencia genética, de aprendizajes y adaptación que forman nuestra personalidad y nos puede afectar a la salud de manera positiva o negativa. En esta segunda fase de la terapia, se trabaja (individualizo y grupal) él equilibrio entre pensamientos y emociones, debido a que son fuente de vital importancia para reconocer qué-cómo lo sentimos y cómo lo pensamos, qué y cómo lo gestionamos. En definitiva, poder interpretar, expresar y transformarlo en un cambio constructivo para nuestra mente, corazón y cuerpo.

Fase social: En esta última fase se busca mejorar el estilo, bienestar de vida del/a paciente y su integración física en la sociedad, obteniendo resultados eficaces y sostenibles en el tiempo. Se proporcionan herramientas útiles y un plan diseñado para satisfacer necesidades y consolidar el hábito físico en la vida diaria, así como la participación en actividades comunitarias y en el núcleo familiar. El gran objetivo es promover la inclusión, el bienestar y que la persona sea un agente activo en la educación para su salud.

Beneficios en la terapia 

La terapia física o ejercicio terapéutico como proceso, ya sea educacional, preventiva y/o rehabilitador, es una de las mejores herramientas y componente positivo, para mantener cuerpo-mente activo en personas con patologías neurológicas, área salud física, dolor y/o funcionales, donde el objetivo es mejorar los aspectos físicos, psicológicos y sociales.

La terapia será activa, con un conjunto de ejercicios analíticos y globales con su propia fuerza de forma voluntaria, autorefleja y controlada.  La persona tiene que ser ese agente activo que tenga ganas de transformar su camino diario. Lo que haré es acompañarle en ese trayecto, estar  a tu lado y que reciba los suficientes estímulos. 

La finalidad es que la persona consiga la máxima autonomía, produzca cambios físicos y aprenda a conocer su cuerpo de manera integral y no como un instrumento.

La motivación es lo que nos impulsa a empezar.
El hábito es lo que hace conseguir resultados.

Necesitamos su consentimiento para cargar las traducciones

Utilizamos un servicio de terceros para traducir el contenido del sitio web que puede recopilar datos sobre su actividad. Por favor, revise los detalles y acepte el servicio para ver las traducciones.